Chichi, la hermana mayor
Crear recuerdos
Cuando llegó la noticia liberadora de que nuestros hijos finalmente vendrían hacia nosotros, supe que era hora de sacar todo del armario para una reunión familiar inolvidable. Nuestra hija volvería a pisar la casa familiar por primera vez desde que estudió en Groningen. Toda su vida ha vivido en Curazao y quizás reconozcas ese sentimiento; cuando vives en un lugar, a menudo pospones las cosas, como si siempre hubiera suficiente tiempo. Pero seamos honestos, a menudo extrañamos las joyas que están justo frente a nuestros ojos.
Incluso nuestras vacaciones no eran inmunes a este comportamiento de procrastinación. Nueva York, Londres, París; lo habían visto todo, pero nunca habían estado en Klein Curaçao. Esta vez, sin embargo, lo preparamos todo bien y hicimos una lista de estas joyas. Por supuesto, también había excursiones nostálgicas. No se podía escapar de la mejor pasta Alfredo en De Buren y del incomparable rollo Osaka de Chopsticks. Un trago en Iguana en la Handelskade y un viaje por carretera a Westpunt también estaban incluidos, por supuesto.
Ahora, sin embargo, había algo totalmente diferente en el programa, algo que estaba en la parte superior de mi lista: pintar tu propio Chichi. Ahora te imaginas, '¿Qué demonios es un Chichi?' Pues, un Chichi no es un cosquilleo en la garganta ni un nuevo movimiento de baile; es una figurita de una mujer bien formada, nombrada en honor a la hermana mayor que cuida de sus hermanos y hermanas en una gran familia. Evidentemente, es tan legendaria que se ha ganado su propia figurita.
Pinta tu propio Chichi
Así que nos dirigimos hacia el este de la hermosa Curazao. En quince minutos estacionamos nuestro coche en Serena's Art Factory, donde ya estaba animadamente concurrido para el taller 'pinta tu propio Chichi'. Nos recibieron cordialmente y nos guiaron a una de las mesas de picnic, que ya estaba totalmente equipada con los materiales necesarios. Y entonces llegó el momento de elegir nuestras figuritas Chichi. Había opciones de sobra; grande, pequeño, de pie, sentado, e incluso el hermano de Chichi estaba presente. ¡Era como haber aterrizado en un pueblo Chichi!
Mientras estábamos en el hermoso jardín rodeados de árboles, pájaros y otros creativos, nos sentamos y conocimos a nuestros compañeros de mesa. Antes de comenzar nuestra aventura artística, recibimos una explicación experta. Simplemente era maravilloso estar al aire libre creando. Durante la pintura, nos consentían con té, café y jugos. Tres horas después (no parecía más que 1), estábamos listos y podíamos llevar nuestras obras de arte a casa. Se empaquetaron cuidadosamente para nosotros en hermosas cajas, para que llegaran a su destino final de manera segura.
Oasis de tranquilidad
Pintar tu propio Chichi te lleva al presente y te conecta con tu entorno. Hemos creado momentos inolvidables al hacer nuestras propias obras de arte que atesorarán nuestras memorias para siempre cada vez que nuestro Chichi nos dé su sonrisa. Tú también puedes hacer esto si te quedas en Curazao. ¿Te gusta también ser creativo en un entorno sereno? No te pierdas esta aventura mágica, después de todo no quieres que tu Chichi se sienta descuidada! Lleva a casa una pieza única como recuerdo.
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